¿Sabes ese momento en que sientes que todo se derrumba, pero de alguna forma encuentras un nuevo camino? Eso me pasó a mí. Soy Jorge y quiero contarte cómo la montaña cambió mi vida.

Todo empezó en una etapa difícil, sin trabajo y con mil dudas sobre el futuro. Un día, casi por casualidad, probé el trekking. Fue amor a primera cumbre. Cada paso, cada sendero y aventura me dieron algo que no sabía que necesitaba: paz, claridad y una conexión única conmigo mismo. Fue como si la naturaleza me estuviera hablando, recordándome que aún quedaban cosas grandes por vivir.

En este viaje no estuve solo. María José, mi compañera de vida y aventuras, fue quien soñó conmigo el proyecto de Limanque. Queríamos crear algo auténtico, algo que representara ese amor por la naturaleza y que ayudara a otros a sentirse preparados y conectados en sus propias aventuras.

María José era una fuerza de la naturaleza. Aunque enfrentó una dura batalla contra el cáncer, nunca dejó de inspirarme. Antes de partir, me dejó el regalo más grande: la misión de continuar con nuestro sueño. Hoy, cada producto que hacemos lleva un pedacito de ella, de su espíritu valiente y su amor por las cosas simples pero significativas.

Limanque no es solo una marca. Es una invitación a descubrirte, a conectar con lo que realmente importa y a encontrar fuerza en los momentos más inesperados. Si alguna vez sientes que la vida se pone cuesta arriba, recuerda que, como en la montaña, las mejores vistas llegan después del esfuerzo.

Gracias por ser parte de esta historia y por llevar un pedazo de Limanque en cada aventura.

Nos vemos en la cumbre...

Jorge Añigual, uno de los fundadores de Limanque Chile.